El Centro Andaluz de Arte Contemporáneo presenta la exposición Alfonso Albacete. Las razones de la pintura. Se trata de la primera muestra retrospectiva de este destacad oartista malagueño desde la que tuvo lugar en el año 1988 y que se llevó a cabo en el desaparecido Museo Español de Arte Contemporáneo, precedente del Museo Reina Sofía de Madrid. Esta exposición recorre toda su trayectoria a través de cuatro décadas.
La exposición cuenta con el respaldo y colaboración de la Fundación MAXAM.
Alfonso Albacete (Antequera. Málaga 1950) es uno de los principales representantes de la innovación de la práctica de la pintura iniciada en los años 70 y prolongada en los 80 del siglo XX. La muestra se articula en dos grandes apartados que ofrecen una doble lectura, una cronológica y otra temática. El primero se centra en los modos que tiene el artista de dialogar con la obra de otros pintores, y el segundo presenta los principales motivos, temáticas y formulaciones dadas por el pintor en un recorrido por su mundo simbólico y su entendimiento del arte y del trabajo del artista.
El pintor alcanzó notoriedad en la escena española a finales de la década de los años 70 del pasado siglo con la exposición titulada En el estudio, en la que abordaba la conjunción de figuración y abstracción en un solo motivo que, a su vez, absorbía los tres géneros de la pintura, la figura, el paisaje y la naturaleza muerta. Desde aquel momento
hasta la fecha, Alfonso Albacete ha desplegado y profundizado en aquella experiencia, a la vez que no ha dejado de inventar modos distintos del hecho concreto de pintar como ejercicio propiciatorio de ideas.
El título de la exposición, según Mariano Navarro, comisario de la misma, “me he permitido tomarlo de una larga conversación que mantuvimos Armando Montesinos y yo mismo con otro artista igualmente convincente en sus distintas prácticas, Juan Navarro Baldeweg, quien nos habló de „los aspectos fuertes de las razones de la pintura‟, como el camino por el que optaron los pintores españoles en los años 70 del siglo XX, tanto
para escabullirse de las restricciones impuestas por la dictadura entonces declinante, como para dar respuesta a una cuestión crucial: “¿Cómo se independiza uno de la modernidad dominante para constituir su propio discurso?”.
Exposición de Alfonso Albacete
Las razones de la pintura se ha articulado en dos grandes apartados. El primero, que recorre el largo corredor central, muestra en una decena de piezas, ordenadas de modo cronológico, cómo la obra de Albacete dialoga con la de otros pintores.
Corredor central de la exposición de Alfonso Albacete
Raramente, salvo en sus inicios, cabe hablar de influencias directas, pero el artista ha establecido una muy estrecha relación con los pintores clásicos,
como Piero della Francesca o Sánchez Cotán, con Caravaggio, los románticos, Seurat, Degas, Cézanne, así como con otros más contemporáneos como Joan Miró, Richard Diebenkorn o Jasper Johns.
La exposición comienza cronológicamente en 1979, fecha clave en su producción artística porque supone un punto de inflexión, ya que es el año de la exposición En el estudio celebrada en la Galería Egam de Madrid, que supondría su reconocimiento en el panorama artístico. De aquella exposición formaron parte las dos obras con que se inicia esta muestra, Lápices y En el estudio. Es el momento en que Alfonso Albacete adquiriere un nuevo compromiso y casi abandona cualquier tentativa extrapictórica. Se trata de una reivindicación de la vuelta a la pintura, al convertir en protagonistas al espacio de creación, a los materiales usados, al boceto, al modelo y al natural.
En las seis salas que integran el Claustrón Sur se han compuesto otros tantos capítulos, mezclando obras de distintos momentos, que se ocupan de los principales motivos, temáticas y formulaciones dadas por el pintor, a la vez que es también un recorrido por lo que se puede considerar su mundo simbólico, y las razones profundas de su
entendimiento del arte y del denodado trabajo del artista.
Sala 1 de la exposición de Alfonso Albacete
Los primeros cuadros de las Conferencias de arte, realizados en 1997, surgieron de las que realmente se dictaban en CRUCE, un centro cultural autogestionado en el que participaron muy activamente, entre otros, el artista Manolo Quejido, el escritor y teórico Fernando Carbonell y el propio Alfonso Albacete. Esta serie abordaba, en palabras del propio artista, “la utilización como modelo para la pintura de cosas que surgen, digamos, después de la pintura, por ejemplo su proyección en una sala, o la misma conferencia como discurso montado alrededor de la pintura”. Aquellas eran bicromías en blanco y negro, o en azules pálidos y grises, severas y con un punto de ascetismo formal, que remitía quizás, a lo árido del resultado final de la metamorfosis de lo visible en lenguaje verbal. Estas Conferencias de arte reaparecerán en 2013-14 en la serie Natura. En ella, como otro bucle, aparece el artista pintando cuadros realizados con anterioridad, pero dándoles ahora una dimensión teórica y un color, que entonces no tenían.
Sala 2 de la exposición de Alfonso Albacete
El estudio del artista ha sido un tema recurrente a lo largo de la historia del arte, pintar el estudio es realizar una obra autorreferencial, íntima, donde se muestra el lugar en el que se origina la pintura y por tanto parte del proceso creativo. Estas obras están dedicadas al estudio como hábitat natural y como espacio de reflexión sobre el hecho mismo de pintar y en ellas aparecen algunos de los talleres en los que ha trabajado Alfonso Albacete. En esta sala se muestran cinco obras que continúan el tema planteado en el corredor central con En el estudio y Lápices, con las que se establece un diálogo.
Sala 3 de la exposición de Alfonso Albacete
Esta sala reúne cuatro obras de entre las muchas realizadas entre mediados de los años 80 y los primeros años 90 cuya base principal son tanto los mitos antiguos, como los clásicos y ciertas lecturas concretas y determinadas. Lo que Albacete describe como una de sus maneras de informarse.
Sala 4 de la exposición de Alfonso Albacete
En esta sala se muestran tres ejemplos del complejo mundo simbólico de las pinturas de Albacete, además del tratamiento de la figura humana, en las que resultan palpables las referencias a Muybridge y sus secuencias de figuras en movimiento, así como a Duchamp y sus célebres desnudos bajando una escalera. Enlaza con Narciso de la sala anterior en cuanto a que trata simbólicamente el tema de la muerte y la búsqueda de la eternidad, las situaciones límite entre la vida y la muerte. Alfonso Albacete ha trabajado recurrentemente las figuras míticas de Judith y Salomé. Esas dos mujeres han pasado al imaginario colectivo asociadas a imágenes de sexo y violencia, castración, pasión y muerte. Pero también llevan asociados los conceptos de sacrificio y regeneración, sin el cual la creación no es posible. Son significativos en este sentido los autorretratos en décapité como los casos de Salomé de Tiziano, David o Judith de Caravaggio, en los que el artista aparece en las figuras de las víctimas: San
Juan Bautista, Holofernes o Goliath.
Sala 5 de la exposición de Alfonso Albacete
En esta sala se presentan dos obras que tienen en común, por una parte, la
representación realizada de memoria en el estudio de lugares contemplados previamente por Albacete y, por otra, ser dos de sus propuestas más próximas a la abstracción de Klein, Mondrian o Pollock. Se trata de la gran serie El mar de la China y la obra Cueva Negra (Primavera), que forma parte de otra gran serie, Cueva Negra.
Sala 6 de la exposición de Alfonso Albacete
La última sala de la exposición trata del espacio vivido, del espacio habitado, del mismo modo que la sala 2 se correspondía, como hemos visto, con el espacio del estudio. Hay también un juego de referencias entre espacios interiores y espacio exterior y, también, un tratamiento del tiempo y su transcurrir al que hemos asistido en otras propuestas de la exposición.
Aquí pues, se habla de la casa como en otras salas el argumento ha sido el
huerto, la vida, la muerte, el viaje, etc. Incluso de la casa en su proceso de
construcción, como ocurre, por ejemplo, en Estancia. En la cronología de las obras expuestas se puede comprobar que hay algunas más entre
las realizadas en los últimos 20 años, que las que aparecen fechadas en las últimas décadas el siglo XX. Ello responde a una decisión del comisario de la muestra quien afirma que está dictada “por el convencimiento de que su labor en lo que va de siglo no sólo ha consolidado absolutamente sus trabajos precedentes, sino que se ha abierto a nuevos y más complejos caminos, a la vez que, por más que estos sean tiempo difíciles para la aceptación de según qué términos, ha pintado algunas de las mejores y más bellas pinturas que me ha sido dado ver en estos años”.
Alfonso Albacete, el artista
Alfonso Albacete, nacido en Antequera, Málaga, en el año 1950, inicia su formación como pintor junto al pintor murciano Juan Bonafé, un artista del círculo de Ramón Gaya, continuando luego sus estudios de Bellas Artes y Arquitectura en Valencia y Madrid. Tras finalizar sus estudios de Arquitectura en 1977, recibe poco después una beca de Artes Plásticas del Ministerio de Cultura.
Su exposición individual titulada En el estudio, que tuvo lugar en la Galería Egam de Madrid en 1979, fue clave en su carrera, pues supuso un gran reconocimiento en el panorama artístico. Gracias a ella, el historiador y crítico de arte Juan Manuel Bonet le seleccionó para formar parte de la exposición itinerante 1980, presentada inicialmente en la Galería Juana Mordó, y que, en cierto modo, sería programática del regreso generalizado a la pintura en la década de los 80.
Entre las exposiciones individuales y colectivas de Alfonso Albacete, se pueden citar, las realizadas en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo, Sevilla (2014), tras la que realizó una importante donación de sus dibujos a este centro; el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Madrid (2014); el Museo de Arte Moderno de Moscú, Rusia (2011), el Museo Extremeño e Iberoamericano de Arte Contemporáneo, Badajoz (2007); el Espacio Caja de Burgos, Burgos (2000) o las históricas, como su primera retrospectiva Alfonso Albacete, 50 obras [1979-1987] que tuvo lugar en el Museo Español de Arte Contemporáneo, de Madrid (1988) y Madrid D.F. celebrada en el Museo Municipal de Madrid (1980).
Su obra está presente en numerosas instituciones como en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (Sevilla); en el Museo de Arte Abstracto (Cuenca); en The Chase Manhattan Bank, Nueva York, EE.UU.; en la White House Collection (Washington); en la Collection Dobe, Zúrich, Suiza; en el Mie Prefectural Art Museum, (Mie, Japón); en el Museo Wurth (Kunzelsau, Alemania); en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (Madrid), en el Museo Patio Herreriano (Valladolid), o colecciones como las de de Helga de Alvear, Aena, Banco de España, Banco Hipotecario, Senado Español, Colección Moncloa o Banco Bilbao-Vizcaya, entre otras.
Centro Andaluz de Arte Contemporáneo
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