En años recientes los artistas colombianos han sido catapultados hacia una suerte de boom internacional que los ha llevado a escenarios que en el pasado se veían muy lejanos. De unos pocos casos que en el siglo XX llegaron a tener cierto reconocimiento más allá de las fronteras en el mundo de la pintura y de la escultura, ahora en pleno siglo XXI las miradas diversas hacia las expresiones de la estética visual de los colombianos van en aumento exponencial. En exposiciones, galerías, subastas y colecciones privadas, los cuadros, esculturas, fotografías e instalaciones surgidas de las sucesivas generaciones de artistas colombianos ganan cada vez mayor espacio. La interacción entre el artista y el espectador ha ingresado en un ámbito en el que se ampliaron las posibilidades de apreciación y de interpretación generadas por una mayor riqueza socio-cultural, que conduce a un público creciente entusiasmado por estos tipos de expresión. A su vez, el mercado del arte, aquí y allá, le otorga valoraciones en rápido ascenso a esta producción que se consagra por su calidad, creatividad y reconocimiento.