Faraón. Rey de Egipto. CaixaForum Girona
Presentacio de l'exposició "Faraó. Rei d'Egipte" al CaixaFòrum Girona Pere Duran / Nord Media

La responsable de CaixaForum Girona, Ana Colomer; la comisaria del Departamento del Antiguo Egipto y Sudán del British Museum y comisaria jefe de la exposición, Marie Vandenbeusch; y el comisario adjunto y conservador del Departamento del Antiguo Egipto y Sudán, Neal Spencer, inauguran hoy el primer proyecto conjunto entre las dos instituciones que llega a CaixaForum Girona: Faraón. Rey de Egipto.

Dentro de su programación cultural, ”la Caixa” presta una atención preferente a
las grandes culturas del pasado. Estas exposiciones tienen como misión
mostrar al público las distintas formas en que hombres y mujeres de diversos
lugares y épocas se han enfrentado a las grandes cuestiones universales, así
como ampliar las perspectivas sobre el mundo a partir de las más recientes
investigaciones históricas y arqueológicas. En los últimos años, la entidad ha
dado a conocer a CaixaForum Girona distintos aspectos de la civilización
egipcia en exposiciones como Otro Egipto. Colecciones coptas del Louvre o
Momias egipcias. El secreto de la vida eterna.

En esta ocasión, esta exposición, coorganizada por “la Caixa” y el British
Museum en el ámbito del acuerdo estratégico que mantienen, ofrece una
oportunidad única de acercarse a esta cultura milenaria a través de la figura de
los faraones.

La cara humana de los dioses en el CaixaForum de Girona

 Rey de Egipto explora el simbolismo y el ideario de la monarquía egipcia, al tiempo que intenta desvelar las historias de los objetos y las imágenes que ha dejado como herencia esta antigua civilización. Eran cientos los dioses a los que se rendía culto en el antiguo Egipto, y se creía que todos mantenían algún vínculo con el faraón. Los antiguos mitos explican que, antes del primer faraón, Egipto había sido
gobernado por los dioses. Como sumos sacerdotes, los faraones supervisaron la construcción de grandiosos templos para la celebración de rituales. Los entierros reales, bajo las pirámides o en el Valle de los Reyes, se concebían con la intención de garantizar el renacer del faraón como Osiris, señor del inframundo o mundo de los muertos.
Junto a esta naturaleza divina, el faraón también era a menudo representado
como un audaz guerrero o un genio de la estrategia militar, implacable con sus
enemigos. Comandaba los ejércitos con la misión de mantener la paz interior y
de expandir las fronteras. Sin embargo, Egipto sufrió numerosas y dolorosas
derrotas, entre otras, contra los ejércitos romano y nubio. Asimismo, a pesar de
su papel como señor de las Dos Tierras, nexo de unión entre el norte y el sur
de Egipto, lo cierto es que los faraones no pudieron evitar fuertes tensiones
internas. Egipto conoció varias guerras civiles, y fue conquistado por potencias
extranjeras o gobernado por distintos soberanos que se disputaban el poder.
A través de las estatuas y los monumentos, los faraones construían con
esmero sus identidades, y proyectaban una imagen idealizada de sí mismos,
bien como guerreros poderosos, protectores de Egipto contra sus enemigos,
bien como adoradores fervientes de los dioses, intermediarios entre ellos y el
resto de la humanidad. Tras estas representaciones de la realeza, sin embargo,
la realidad era mucho más compleja. No todos los gobernantes del país fueron
de sexo masculino, ni tampoco egipcios, como el rey macedonio y gobernante
Alejandro Magno. También hay constancia de conspiraciones regicidas, e
incluso de golpes de Estado.

Al margen de su origen, o de que fueran hombres o mujeres, los monarcas
egipcios se definían mediante la adopción de símbolos reales. Así, por ejemplo,
inscribían sus nombres en cartuchos, o llevaban en la frente el ureo, una figura
de cobra erguida. Si bien algunos faraones fueron objeto de veneración —como
Tutmosis III, que propició la máxima extensión al imperio egipcio, o Amenhotep I,
que tras su muerte fue adorado como un dios—, otros se vieron condenados al
olvido. Fue el caso de Akenatón, causante de un profundo trastorno religioso al
introducir el culto al disco solar de Atón como único dios nacional.
Dividida en nueve ámbitos, la exposición examina la figura del monarca egipcio
desde todos los puntos de vista: como ser divino, situado en el centro de la
estructura social, a cuyo alrededor se articulan símbolos y creencias que van
más allá de la existencia terrenal; en su vida de palacio, rodeado por su familia;
como gobernante y como guerrero, e incluso pone de relieve que el origen de
los faraones no fue siempre egipcio.

De estatuas monumentales y relucientes joyas a objetos poco habituales
La exposición presenta 140 piezas destacadas de la colección egipcia del
British Museum, que conserva uno de los fondos egipcios más importantes del
mundo y es el que ofrece una imagen global más completa del antiguo Egipto.
Los objetos expuestos permiten apreciar las múltiples habilidades de los antiguos artistas
egipcios, y son un testimonio de la imagen que el faraón quería que se transmitiera de sí mismo.

La exposición muestra el rostro de los faraones, que impresionan por su seriedad; también, escenas de coronaciones en las que aparecen rodeados por dioses, en medio de una explosión de alegría, y estelas donde los vemos con los brazos cruzados —postura que se asocia a Osiris—, transformados a su vez en dioses. Junto a la presencia fascinante de las obras de arte, los textos nos permiten reconstruir el contexto en el
que se crearon, e introducirnos en los escenarios de la vida de los faraones: el templo, el palacio, las fiestas, la memoria, las formas de legitimar y transmitir el poder, el más allá…
Los visitantes podrán descubrir una selección de estatuas monumentales,
relieves en piedra de antiguos templos, papiros, joyas y objetos rituales.
Destacan varias piezas únicas: la figura del dios halcón Re-Haractes, una
cabeza impresionante del faraón Tutmosis III de limolita verde, unas losetas del
palacio de Rameses III o un busto de mármol de Alejandro Magno.

De estatuas monumentales y relucientes joyas a objetos poco habituales

La exposición también presenta objetos menos habituales: las incrustaciones
de colores que se usaron para decorar el palacio de un faraón; las misivas
grabadas en escritura cuneiforme sobre tablillas de arcilla que dan fe de la
intensa actividad diplomática entre Egipto y Babilonia durante la XVIII dinastía;
el arco de madera de uno de los comandantes militares del faraón; un papiro
que deja constancia de un juicio por robar en un templo, o las imágenes de
gobernantes nubios, griegos y romanos que actuaron como faraones.

Primera exposición conjunta del British Museum en CaixaForum Girona
Faraón. Rey de Egipto es la primera exposición a partir de los fondos de British
Museum que llega a CaixaForum Girona. Esta muestra pudo verse entre los
años 2011 y 2013 en una primera versión por varias ciudades del Reino Unido.
Posteriormente, se amplió la lista de objetos incluidos en la muestra y los
temas que abarcaba para su exhibición internacional. La muestra llega a
CaixaForum Girona tras pasar por los centros culturales de Barcelona y Madrid.
Esta colaboración es fruto de la voluntad de ambas instituciones de promover
el conocimiento a partir de la organización de grandes proyectos expositivos,
presentados conjuntamente a partir de las colecciones británicas.

CaixaForum Girona

Carrer dels Ciutadans, 19, 17004 Girona

 

Faraón Rey de Egipto en el CaixaForum de Girona del 20 de febrero hasta el 25 de agosto de 2019


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