Diego Rodríguez de Silva y Velázquez, (bautizado el 6 de junio de 1599, Sevilla , España; murió el 6 de agosto de 1660, Madrid), el pintor español más relevante del siglo XVII, uno de los artistas más destacables del arte de occidente.
El estilo naturalista en el que fue educado le facilitó un lenguaje para plasmar tanto el modelo vivo como la naturaleza muerta.
A la edad de 12 años, estudió con el popular pintor español Francisco Pacheco. El biógrafo Karl Justi detalló a Pacheco no solo como pintor, sino además como poeta, biógrafo y teórico del arte cuyo. Pacheco además tenía influencia en la corte real, que fue de enorme valor para sus estudiantes, varios de los cuales poseían la ambición de conseguir puestos como artistas de la corte. En ese instante, el talento de los pintores se empleaba para representar situaciones de enormes narrativas religiosas e históricas, o para hacer retratos para mecenas reales y adinerados.
Pero inclusive cuando era un joven pintor, Velázquez dibujaba toda clase de personas y ocasiones. Algunas veces fue criticado por sus trabajos que daban a conocer personas recurrentes dedicadas a tareas domésticas. No obstante, Pacheco, en su libro de 1649 Vida de los pintores, dijo: “Prefiero ser el primer pintor de cosas groseras que el segundo en el arte superior”. Con 18 años, Velázquez estableció su estudio y se casó con la hija de Pacheco, Juana.
A inicios de la década de 1620, Velázquez se instaló en Sevilla. En diciembre de 1622, el pintor de la corte preferido del rey Felipe IV murió y el ministro del rey, conde duque de Olivares, propuso a Velázquez para el puesto vacante.
Velázquez estaba arraigado a la tradición barroca, su trabajo mostró puntos de partida que ocasionalmente llegarían a diferenciarlo de los otros pintores. En vez de la habitual glamourización de los personajs, le gustaba el naturalismo, un realismo directo y exacto que doscientos años después podría considerarse fotorrealista.
La posición de Velázquez en la corte le dio ingreso a las colecciones reales, ricas en pinturas de los maestros renacentistas como Tiziano, que tendría mucha influencia sobre Velázquez. Los retratos terminados de Felipe IV y su hermano el infante Don Carlos están inflluenciados por el estilo de Tiziano.
En 1628 recibió la visita del viejo y popular artista barroco flamenco, Rubens. Velázquez y Rubens hablaron y trabajaron juntos a lo largo de este tiempo y desarrollaron un profundo respeto mutuo. Rubens pidió a Velázquez a conocer Italia, donde suponía que empezó el verdadero arte. Velázquez logró su primera visita a Italia en 1629 con el permiso del rey Felipe IV. Fue a Génova y Venecia, donde vio el trabajo de Tiziano, a quien había admirado desde los días de su estudio en Sevilla y cuya influencia en su trabajo fue dominante. Además paso por Florencia y Roma, donde los trabajos de varios artistas estaban accesibles para que él los estudiara. Estuvo en Roma a lo largo de un año, donde copió las pinturas maestras y trabajó en sus propios lienzos. Luego de su regreso de Italia, Velázquez entró en el lapso más productivo de su trayectoria.
Volvió a ocupar su cargo de retratista y ocasionalmente fue llamado a representar temas mitológicos para la decoración de los habitaciones reales. En su segundo viaje a Italia, Velázquez pintó su popular retrato del “Papa Inocencio X“.
El rey Felipe IV exigió que Velázquez regresó a España. El último gran trabajo de Velázquez fue un retrato grupal de la Familia Real de España que se titula Las Meninas (1656). Velázquez murió en Madrid, en el palacio donde pasó gran parte de su tiempo, en agosto de 1660.
Diego Velázquez obras
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