Leoncio Saénz, Nicaragua ( 1935-2008). Descubrió que quería ser pintor cuando de pequeño veia las ilustraciones en los libros. Cuando Leoncio tenía 13 años, el obispo local tomó nota de sus habilidades artísticas y organizó su estudio en la escuela secundaria San Luis Gonzaga en Matagalpa. Seis años después, en 1954, Sáenz se mudó a Managua gracias a la beca que recibió por ganar el Premio Nacional de Bellas Artes. en busca de más capacitación. Allí estudió con Rodrigo Peñalba. Comenzó como pintor primitivista, pero luego desarrolló su propio estilo: mitos nicaragüenses precolombinos y coloniales que le dio prestigio internacional.

Leoncio Saénz, pintor nicaragüense ( 1935-2008). Descubrió que quería ser pintor cuando de pequeño veía las ilustraciones en los libros. Cuando Leoncio tenía 13 años, el obispo local tomó nota de sus habilidades artísticas y organizó su estudio en la escuela secundaria San Luis Gonzaga en Matagalpa. Seis años después, en 1954, Sáenz se mudó a Managua gracias a la beca que recibió por ganar el Premio Nacional de Bellas Artes. en busca de más capacitación. Allí estudió con Rodrigo Peñalba. Comenzó como pintor primitivista, pero luego desarrolló su propio estilo: mitos nicaragüenses precolombinos y coloniales que le dio prestigio internacional.

El padre del dibujo de nicaragua

En los años 60, fue miembro fundador del grupo Praxis ( estaban Alejandro Aróstegui, Tata Vanegas, Genero Lugo, César Izquierdo, Luis Urbina, Arnoldo Guillén, Orlando Sobalvarro) y la galería de arte. También fue fundador de la Asociación Nicaragüense de Artistas Visuales. En 1963 representó a Nicaragua junto con Armando Morales en la exposición de Madrid «Arte de España y América».
En los años 70, Saénz creó una serie de murales en edificios de toda la ciudad. Responsable de los murales más grandes de Nicaragua (de 30 metros de largo), dio vida al Tiangüe, o mercado indígena, en las paredes de un supermercado en la Plaza de España. Este es ampliamente considerado su mejor y más importante trabajo.

Tocó diversas temáticas, desde obras que representan las raíces de su gente, obras testimoniales de resistencia a la conquista española, hasta temas sociales, folclóricos y religiosos. Pintó ciento de cuadros al óleo y muchos murales en edificios, su estilo de pintura se reconoce al instante, por su originalidad.

“El Tigre de Pacsila”, como le gustaba que le llamasen, y a menudo llamado el «Padre del dibujo» de Nicaragua, Leoncio Sáenz  fue merecedor de varios premios en los que destaca la “Orden Rubén Darío” en 1988. En 2007 fue nominado por la comisión nicaragüense de la Unesco para el proyecto de declaratoria como Tesoro Humano Vivo.

Obras de Leoncio Saénz

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