Xevi Vilaró, (1975 ) La Cellera de Ter, Girona, Catalunya. Vilaró capturó la atención del público en el año 2000, después de ganar el Primer Premio de la Gallerie Artitude en París, Francia. Una selección de sus obras forma parte de la colección permanente de la prestigiosa Fundació Vila Casas y en la Fundació Carme i Lluís Bassat. Es uno de los pintores con mayor proyección internacional. Autodidacta, estudia hasta los catorce años y trabaja al tiempo que desarrolla sus dos aficiones: el motociclismo y el parapente. Gracias a la visión de su madre, que le regala su primera caja de óleos, Vilaró descubre lo que hoy es el motor de su vida: la pintura. “Cuando pinté mi primer lienzo, me sentí útil por primera vez; fue una visión y ya nunca dejé de pintar”. Su carrera profesional arrancó cuando un conocido le compró sus dos primeras obras. A los veinticinco años Vilaró empezó a vivir de la pintura. “Quiero trabajar, ser justo y ser fiel a mí mismo”.

Xevi Vilaró, (1975 )  La Cellera de Ter, Girona, Catalunya. Vilaró capturó la atención del público en el año 2000, después de ganar el Primer Premio de la Gallerie Artitude en París, Francia. Una selección de sus obras forma parte de la colección permanente de la prestigiosa Fundació Vila Casas y en la Fundació Carme i Lluís Bassat.

Es uno de los pintores con mayor proyección internacional. Autodidacta, estudia hasta los catorce años y trabaja al tiempo que desarrolla sus dos aficiones: el motociclismo y el parapente. Gracias a la visión de su madre, que le regala su primera caja de  óleos, Vilaró descubre lo que hoy es el motor de su vida: la pintura. «Cuando pinté mi primer lienzo, me sentí útil por primera vez; fue una visión y ya nunca dejé de pintar».
Su carrera profesional arrancó cuando un conocido le compró sus dos primeras obras. A los veinticinco años Vilaró empezó a vivir de la pintura. «Quiero trabajar, ser justo y ser fiel a mí mismo»

En el trabajo de Xevi Vilaró, somos espectadores de una verdad irrefutable: lo único que nos sobrevivirá es nuestro legado. Hay artistas, como Vilaró, que al ser sensibles a los problemas que se generan en nuestro entorno, manifiestan una intensa protesta en su trabajo y, a través de su creatividad, con su forma particular de ver el mundo, nos muestran una imagen fuerte que invita reflexionar sobre nuestra posición como individuos dentro de un mundo de la sociedad al que pertenecemos.

La pintura de Xevi Vilaró se mueve entre el pop art y el realismo. En el trabajo de Vilaró somos testigos de cuánto contraste se puede expresar una belleza en una sola pintura.
Trabajo que impacta los sentidos con todas sus formas y colores, sensibilidad extrema en el masaje y técnica única en el uso del aceite sobre el metacrilato.

Xevi Vilaró es meticuloso en su trabajo; prepara sus exposiciones con hasta tres años de antelación y como algunos fotorealistas, parte de fotografías para la realización de su obra. Con sus personajes en poses hieráticas, Vilaró nos pregunta: ¿es esto lo que el mundo está planeando para mañana? La respuesta nos llega en sus imágenes: monos con máscaras de médicos de la peste negra, hombres y mujeres protegidos detrás de máscaras de gas, pieles mutadas de las que se extiende un pelaje extraño e incluso ramas y alas casi artificiales … extremos apocalípticos para la inconsciencia humana, pero en medio de Todo esto, también hay rayos de esperanza. Vilaró despoja a los personajes de su lado humano y de la normalidad para buscar la belleza o denunciar los intereses personales o corporativos.

Comprometido y a veces crítico, Xevi Vilaró se sirve de elementos característicos de la publicidad, como los fondos lisos en colores vivos, que hacen su pintura visualmente impactante, como medio para transmitir su mensaje, que quiere que el espectador interprete libremente. Según Vilaró, el color de los fondos, a pesar de ser lisos, condiciona poderosamente el resultado y le sirve para plasmar conceptos opuestos; el artista utiliza todos los recursos para expresar la poesía del ser humano y su relación con los sentimientos y la naturaleza, la aniquilación del hombre o la idea del amor en medio de tanto caos.

Xevi Vilaró utiliza materiales clásicos de las artes plásticas, como el óleo y pinceles sintéticos sobre distintos soportes, como la madera o la tela. Las últimas obras, sin embargo, las realiza sobre metacrilato retroiluminado que en algunas ocasiones complementa con vídeos, convirtiéndolas en instalaciones artísticas. Pintar sobre este material ha requerido de algunas horas de investigación. Prepara el metacrilato con un catalizador para que el óleo se adhiera, a continuación aplica un par de capas de yeso sobre el que trabaja el dibujo, que pinta con óleo. Casi toda su obra es de gran formato (se acerca a los dos metros). Como quiera que a menudo Vilaró expone fuera de España, a veces se desplaza al país de la galería y lleva a cabo su trabajo in situ

Este es Xevi Vilaró, honesto, emocional y transparente con lo que siente, un creador autodidacta que ha encontrado en la pintura un lenguaje propio para compartir sus preocupaciones con todos nosotros.

Xevi Vilaró Cuadros

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